Hanna estaba devastada, su vida perfecta había comenzado a desmoronarse desde que habían empezado a llegar esos mensajes de A. Esa tarde habían ido a despedir a Emily, Aria fue a casa de Spencer pero Hanna dijo que tenía que ayudar a su madre, era mentira solamente quería evitar tener que hablar sobre si Ian estaba muerto o no. No era el mejor tema para varias noches seguidas ya era suficiente con las pesadillas que le habían dejado los sucesos esa noche.
Llegó a su casa con aspecto cansado y decidió que antes de dormir iría a darse una ducha:
<<ya llegue mamá!!>> gritó para que su madre la escuchara.
<<ok, cariño te llegó un paquete>> fue la respuesta << esta sobre la mesa>>
Divisó el paquete en la mesa y pudo ver que en el sobre unipersonal del correo se podía leer su nombre y la dirección de la casa, al rasgar el papel descubrió que era una cajita de color rosa, al abrirla y ver el contenido no pudo hacer otra cosa que ponerse a llorar.
Antes de que su madre tuviera tiempo de querer ir a la cocina, Hanna tiró el paquete a la basura y subió las escaleras hacia su habitación donde sabía que pasaría otra noche llorando.