| Ambos se miraron con complicidad, a sabiendas de que tenían un secreto que solo ambos sabían, que les pertenecía. Ella fue la primera en apartar la vista, para luego soltar una pequeña risita. Él, por su parte, continúo observándola, mientras se preguntaba por qué todo tenía que ser tan complicado. Sacudió la cabeza. Hacia una semana había decidido que no le daría importancia a ese tema en particular, y no tenía ni la más mínima intención de hacer lo contrario. En ese momento, la campana sonó, interrumpiendo todas las conversaciones que tenían lugar en la cafetería. Apresurados, algunos alumnos y profesores, comenzaron a recoger sus pertenencias mientras, los otros -unos pocos-, terminaban su almuerzo. Por su parte, él permaneció en su lugar, observando como ella se dirigía a la salida, juntos con sus amigas. Ella no volteo, pese a que deseo hacerlo.
Unos minutos después, el Profesor Ezra Fitz comenzaría a dar su clase, deseando que las manecillas del reloj se movieran más rápido. Más tarde, en su departamento, esperaría anhelante a que ella llegara. Sin embargo, no tendría que esperar demasiado: Aria, tocaría su puerta solo unos minutos después, y el, la recibiría con un beso.
Él sabía que aquello estaba mal. Después de todo, ella era su alumna. Ella no quería causarle problemas, aunque eso significara que debería alejarse de él. Sin embargo, ambos sabían que no podían vivir el uno sin el otro.
we, espero que les guste.
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